El medicamento más conocido en el mundo es la aspirina, una
sustancia no esteroide antiinflamatorio que alivia el dolor leve, atenúa la
fiebre y reduce la hinchazón, en algunos casos reduce el riesgo de apoplejía y
ataque cardiaco.
La compañía Alemana Bayer comenzó a vender la aspirina a
principios del siglo XX.
La aspirina reduce el dolor y baja la fiebre al evitar la
formación de prostaglandinas, derivados de ácidos grasos relacionados con
diversos procesos fisiológicos. Los efectos secundarios de la aspirina son
relativamente menores, su acidez puede irritar el estómago. Aunque
imperceptible, suele desencadenar cierto sangrado estomacal.
La aspirina reduce la formación de plaquetas sanguíneas que
inician la coagulación de la sangre y la vuelven menos densa, y es probable que
esto aminore el riesgo de apoplejía y ataque cardiaco.
SUSTITUTOS DE LA ASPIRINA
Debido a los efectos secundarios menores de la aspirina, se
han desarrollado varias sustancias. La más común es el acetaminofén, que reduce
la fiebre y alivia el dolor pero no aminora la inflamación, un segundo
sustituto común es el ibuprofeno, que
funciona justo como la aspirina para reducir dolor, fiebre e inflamación. Otra adición
a la familia de los sucedáneos de la aspirina QUE SE VENDEN SIN RECETA ES EL
NAPROXENO. Su principal ventaja es su efecto duradero, mientras casi todos los
analgésicos requieren dosis cada 46 horas, una sola tableta de naproxeno dura
8-12 horas.
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