Los narcóticos son medicamentos que actúan sobre el sistema
nervioso central para producir un efecto analgésico y sedante. Entre ellos
figuran la morfina, codeína, heroína, meperidina y fentanilo. Difieren de los
depresivos por su mayor capacidad para reducir el dolor y su menor tendencia a
producir una sedación generalizada.
El opio, extraído de la adormidera, es un narcótico que se
encuentra de manera natural y que se ha utilizado durante miles de años para
producir euforia, aliviar el dolor e inducir el sueño. A principios del siglo
XIX se aisló de la savia de la adormidera el principal componente del opio, la morfina,
que desde esa época ha sido el medicamento preferido para tratar el dolor
severo.
Cuando se inyecta en la sangre, la morfina se une
rápidamente a los receptores opoides en el sistema nervioso central para
producir un potente efecto analgésico. Provee alivio al pasar el dolor a un
segundo plano. para quienes están muriendo
de enfermedades muy dolorosas, la administración de morfina es con
frecuencia el único alivio disponible para una por lo demás atormentad
existencia.
La codeína es otro opioide que se encuentra en el opio en
cantidades mucho mas bajas que la morfina y con una decima parte de su
potencia, solo se ingiere en forma oral y suele combinar con aspirina o
ibuprofeno para aliviar dolores de leves a moderados. La heroína, producida a
partir de la morfina mediante una ligera modificación química, es menos polar que
esta y, por consiguiente, llega mas rápido al cerebro y desencadena un efecto
mas definido e intenso, es tres veces mas potente que la morfina y
extremadamente adictiva.
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